Un posible remedio contra la locura, sea el recuerdo; No es una cura como tal, pero sirve de alivio.
Cuando la vida parece desbordarse y la mente se niega a ser coherente, comienzan a aflorar los recuerdos uno tras otro, es como un mecanismo automático en el que, una vez perdido el norte, la mente trata de reordenarse, se refugia en imágenes que en su día trajeron paz, calma... y puede que alguna lágrima, pero siempre dulces; En ese momento la seguridad es nuestro arma, porque en lo más hondo sabemos que estamos viviendo los mismos momentos por segunda vez y conocemos el siguiente paso.
Nos encontramos ante un gran abismo difícil de saltar, la locura acecha y nos aferramos a esos recuerdos que nos mantienen unidos a la realidad. Buscamos lugares, olores, sonidos... pretendiendo que las sensaciones que inundaban nuestro alma vuelvan a aflorar.
Una imagen de ti mismo pero con muchos menos años comienza a girar en tu cabeza, te grita y viajas al pasado de su mano, pero te das cuenta que las sensaciones no son iguales, y además reaparecen tus fantasmas, esos que tenias encerrados en algún sitio, y que acabas de liberar de nuevo con el recuerdo.
Corres de los fantasmas, te das cuenta que fuiste en busca de tu vida pero ya no está, y no te queda otra opción que regresar a la que no quieres vivir, en ese momento es cuando caes en la cuenta de que por eso existe la locura, porque ya no hay ninguna vida decente que vivir y crees volverte loco.
Los recuerdos tienen fecha de caducidad, la misma fecha en que se decide empezar a adornarlos, creando otros recuerdos nuevos, mejores, pero también falsos; De este modo comienzan los recuerdos de las cosas que no se han vivido y que nunca se vivirán porque son recuerdos de una infancia que jamás se vivirá de nuevo.
Caes derrotado, piensas en lo que no has tenido y sin tenerlo aún así lo has perdido; La vida real se impone ante tí, la que vives en el momento presente y de nuevo notas el vacío de ese abismo que no eres capaz de saltar. Se te ocurre llenarlo y pasar andando, pero por más cemento que echas, el gran agujero no se llena.
Tratas de llamar a la locura, seguro que loco se vive mejor, te acuerdas de Don Quijote y sientes cierta envidia, aunque sin darte cuenta has dado con la clave de todo, Don Quijote soñaba con Dulcinea, era la razón de su vida. Hay que refugiarse en los sueños, no en la memoria, porque nada de lo que hay en ella va a volver.
En medio de la desesperada noche las sábanas te dan un frío abrazo y empiezas a soñar sin dormir, aún quedan muchos sueños por cumplir piensas, buscas el sentido de la vida, seguro que darle sentido a la vida calma la agonía, pero no lo encuentras por ninguna parte; Quizá no exista un sentido de la vida, puede que haya varios, todos ellos pequeñitos, y que sean los sueños del día a día, pequeñas metas que nos vamos marcando, y que ayudan a gastar los días, aunque ese pensamiento te parece muy triste, y sin más, derramas una lágrima y te entregas a un sueño en el que crees ser un oso panda.
La locura lo cura todo. O casi...., pero eso ya es bastante.
ResponderEliminarDice un filósofo que me cae muy bien, que una de las causas de la tristeza del hombre es que nos han enseñado a huir de la locura.
La sociedad occidental, dice él, se ha visto embaucada en un proceso de racionalización, (matematización de los instintos y los deseos...) y nos han hecho creer que lo que parecía sueño era locura. Locura sería todo aquello que nos distancia de la media aritmética que han impuesto a los sentidos y la razón. Locura es todo lo que se sale del cauce medio que nos exigen para vivir en este mundo occidental. Hasta tal punto que, por contraposición del sueño a la memoria, nos han hecho pensar que si el sueño era locura, (y la locura era mala), tan solo nos quedaba la memoria.
Pero la memoria por sí, es trágica, te impide avanzar, te ancla a la historia y te impide hacer camino.
El error del Quijote, seguramente sería refugiarse en los sueños... y por eso decían que estaba loco. Vivir seguramente sea poco más que el arte de hacer los sueños locos realidad. Si no realidad existente... si realidad en algún sentido...
Pero lo bueno, es que tu de esto te has dado cuenta ya... y vas por buen camino. No llores paper... sueña. Levantaté de tu cama, y vive tu locura.
un beso
El sueño es una clase de memoria. Relacionamos imaginación y vida, realidad y miedos. Creamos un mundo mágico, infantil, de ogros y príncipes, de instinto y sentimiento a granel y puro.
ResponderEliminarLa locura no es mas que un sueño despierto, una manta que oculta la realidad y que se llenan de dibujos.
Dicho esto, me parece genial que de repente ambos os convirtáis en expertos del Quijote, ese señor antiguo que en vez de lanza llevaba una litrona por bandera o algo de eso, ni me acuerdo. Si es que...
Imaginar es vivir, que dice la premio Cervantes (Autor sobrevalorado o algo asi, ya no recuerdo) de este año.
Hay imaginaciones, miradas, abrazos, nombres que no caducan en el tiempo. El mito, ya se sabe.