El viento acaricia dulcemente mi rostro mientras todo mi ser se dirige a toda velocidad a ninguna parte en concreto; funciona como una goma de borrar que va devorando casi todo alrededor. Permanece la libertad.
No sin cierto temor dejo crecer alas en mis pies, y me elevo poco a poco del suelo, "sólo unos centímetros" _pienso con una mezcla de preocupación y curiosidad_, pero la sensación de libertad me embriaga, y comienzo una ascensión en espiral hacia el cielo. Me propongo rozarlo y dejarme caer suavemente como pluma que se entrega a la brisa.
A mitad de camino adelanto a un mosquito, que al verme se relame y acelera, pero ya estoy tan lejos del suelo que el mosquito se asusta y desvía su camino; "Puede que tuviera vértigo" Me rio de mi absurdo pensamiento y continuo elevándome; Es tal el bienestar que siento que sospecho que podría llegar a las estrellas.
Siento un cosquilleo en el estomago, es emocionante desafiar a la gravedad de esta manera. Aleteo más despacio, quiero recrearme en mis emociones igual que un artista lo hace con su obra minutos después del proceso creador.
El viento me cuenta un chiste, y lo encuentro muy gracioso, desconocía que hablase su idioma, parece que no es difícil; Me paro un momento y escucho sus susurros: "Mira la luna" _Me invita_. La observo con alegría , tiene un color extraño esta noche, es el color de un sueño. Medito un momento, deduzco entonces que los sueños tienen color de luna con bordes en forma de estrellas.
Un pequeño ruido me saca de mis pensamientos, es un murcielago que se ha acercado un poco confundido pensando que yo era su padre vampiro, debería haberme vestido con colores, definitivamente el negro no me favorece; Le enseño los colmillos al pequeño animal, me guiña un ojo y continúa su búsqueda, Mucha suerte querido murcielago le grito, y vuelvo a concentrarme en mantener el aleteo.
Estiro el brazo, pero no toco nada, un poco más... ay! ya casi, parece que lo tengo en mis manos, pero ni con un dedo soy capaz de rozarlo; Me pregunto qué es lo que está pasando, y una idea cruza fugaz mi mente: El cielo no está ahí, el cielo ha comenzado en el mismo momento en que he calzado los zapatos alados, y no es tangible, se siente por dentro, como la paz o el amor, y sólo aquel que lo tiene dentro sabe que de algún modo lo está tocando.
Y ahora que he llegado tan alto, voy a aprovechar para pasar la noche en una nube; Estoy completamente seguro que los mejores sueños, se sueñan en nubes.
Es una entrada preciosa... Sueña, gorrioncito mío, sueña...
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